domingo, 9 de diciembre de 2007

ESTO NO PUEDE SEGUIR PASANDO

23.08.07 - CARIBE

Haití-Rep.Dominicana - Madeleine somos todas




A Betita
Madeleine reside en el Batey Palmarejo en Santo Domingo. A sus cortos diez años quedó huérfana, y quedó viviendo sola, a sus cortos diez años.

Desde los diez años es abusada sexualmente por hombres tanto de su comunidad como de otros que vienen de afuera. Hoy en día tiene trece años y está preñada. ¡ Fue preñada en su primera ovulación! ¿Quién es el padre? ¿Cómo saberlo? Madeleine dice que hay noches que es violada por tres y cuatro hombres.

A otra niña le dicen Pollito. Es muy delgada, pequeña. Tiene diez años. Un día que estábamos en el batey otra niña la golpeó en un ojo. Lloró, fui a abrazarla y sentí su cuerpo endurecerse, tensarse, rechazarme…y lloré tanto como ella. Al verme llorar se acercó, nos abrazamos, y lloramos juntas. Lloré por ella, por mí y por la impotencia de no poder hacer nada, nada contra los hombres que la violan, que la agreden; nada contra un Estado y unas instituciones que no protegen esta niñez. Lloré mucho porque no pude decirle "Te voy a proteger."¿Qué podía decirle? ¿Tu dolor es mi dolor?¿Siento tanto que te esté pasando esto? NO ES SUFICIENTE.

Fui al batey con un grupo de 12 personas a organizar el primer campamento de verano de la Escuela Anaísa. Fui preparada para "todo". Incluso orienté a las demás personas del grupo sobre todo lo que podíamos encontrar en la comunidad: maltrato, violencia, pobreza, miseria, exclusión … pero jamás podría haberme preparado para enfrentarme a la violencia contra las niñas.

Los bateyes son comunidades marginadas donde conviven una gran cantidad de inmigrantes haitianos y dominicanos pobres. Muchos carecen de servicios básicos: instalaciones sanitarias, electricidad, agua potable, escuelas, servicios de salud, etc.

Las valientes mujeres del Movimiento de Mujeres Dominico-Haitianas (MUDHA) patrocinan la Escuela Anaísa del Batey Palmarejo: un proyecto de autogestión y de inclusión donde se educan niñas y niños dominico-haitianos, haitianos y dominicanos. Esta escuela es de las pocas esperanzas que tiene la niñez del Batey, su única posibilidad de un futuro mejor que el de sus padres y abuelos. Niñez a la que el Estado dominicano le niega los más elementales derechos, como el reconocimiento a un nombre y una nacionalidad, salud y educación, perpetuando así las condiciones de esclavitud moderna que viven sus padres.

La experiencia de convivir una semana con esa niñez nos cambió la vida a todas y todos. Todas las personas que fuimos desde Puerto Rico (12) y las más de 20 personas de República Dominicana y Haití que se integraron, hicimos el compromiso de regresar en el verano de 2008. ¡Hay consenso!

El cantautor cubano Silvio Rodríguez dice en una de sus canciones: "con un poco de amor yo me salvo/ con un poco de amor yo soy algo". Desde aquí hago un llamado a toda la comunidad antillana y caribeña a que miremos a esa niñez "con un poco de amor".



"Como una mujer no tengo un país
como una mujer no quiero un país
como una mujer el mundo es mi país"
Virginia Woolf


* Grito de los Excluidos y Excluidas, Comité Pro Niñez Dominico-Haitiano